martes, noviembre 15, 2005

EL PAPEL DEL DISEÑADOR

Lo que hoy entendemos como diseño gráfico no empezó a intervenir en el diseño de membretes hasta 1920. En el siglo XVIII eran comunes los membretes impresos y grabados con un sello o símbolo; y en el siglo XIX, eran los impresores los encargados de diseñarlos.
Sin embargo en el cambio de siglo y la divulgación de la publicidad y del packing trajeron consigo el convencimiento de que la imagen de una empresa no es otra que la de los documentos que ésta hace públicos. De este modo, se otorgó mayor consideración al diseño de membretes, al tiempo que empezaban a configurarse, en la papelería de la empresa, las líneas directrices de la identidad corporativa: esto es la utilización de una serie de fuentes, de una selección de colores e imágenes y de un logotipo. En los años veinte asesores en diseño autónomos diseñaban regularmente membretes y tarjetas comerciales para clientes, y la elaboración de la papelería de la empresa, que forma parte a menudo de un programa de identidad corporativa, había pasado a ser una actividad en alza en el sector del diseño.
En los veinte, desarrolló una prolífica actividad Jan Tschichold, demostró que los preceptos de las enseñanzas de Walter Gropius y la Bauhaus también podían aplicarse al área de las comunicaciones, además de la arquitectura y el diseño de muebles.
En el libro Die Neu Tipographie de Tschichold (1928), recoge y sistematiza las propuestas de algunos miembros de las Vanguardias europeas, tales como El Lissitzky, Herbert Bayer y Kurt Switters.
En el capítulo dedica a las formas comerciales, Tschihold considera el membrete como un artículo de diseño portador de información, cuyos componentes desempeñan un papel significativamente activo y adecuado al contenido del resto de la carta, y no han de considerarse un elemento de carácter meramente decorativo. Por más que se hayan rebatido algunos de los preceptos de Tschihold en lo tocante a su estandarización, continúa siendo vigente la afirmación de que el diseñador, cuando esta al servico de las empresas, ha de ponerse asimismo al servicio de la información precisa y efectiva.

Foto: muestra de trabajos del taller DV, de a IU CESMAG. alumnos: Milton Jojoa, Diana Enriquez, Luis Marroquín, Arturo Morales y William Portilla.